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Hay horas, días, semanas, meses, años, en que debíamos caer en un sueño profundo para que no tuviésemos que asistir a la pesadilla en que nuestra vida se puede transformar. Pero, como la única cosa que se puede hacer es vivir en esa pesadilla, tenemos que aguantar...Podemos creer que no vamos a aguantar, tener la certeza de eso, pero lo que es correcto es que allá vamos viviendo el día a día y hasta acabamos por hallar broma a la sucesión de la mala suerte que tenemos. Se hace divertido ver lo que nos espera y ver que cada paso el tumbo es mayor. Y cuando yo digo que se hace divertido, es sólo para no hacer todo aún más dramático que en la realidad ya es. Pero, como estaba a decir, el tumbo es mayor y entonces se queda a la espera que venga el final hora en que nos caeremos en el precipicio. Se pierde la gana de vivir y se gana un océano de presente para que lloremos y ya no nos resta nada mas q gastar cada gota de lagrima, sin miedo de economizar,Yo soy así.Yo parto y finjo que soy cruel con una espada de papel...