- No, no puedo dejarla sola. Deme un número de alguno de sus familiares para que vengan por usted. Lamento haberle dado esta noticia ... programaremos su operación para este mismo viernes. Si usted se siente mejor, podemos comenzar con los análisis pre operatorios hoy mismo.
A las pocas semanas decidí hacerme esa operación que faltaba, que más da? al menos alargaría un poco el tiempo de vida que me quedaba. Todos esos días segui con mi rutina, como si nada me hubiera ocurrido. Mi trainer (a quien nunca considere mi amiga) me llamaba siempre y me visitaba, terminé contandole todo lo que me pasaba. Lloro conmigo, me dijo muchas cosas bastante alentadoras y prometio acompañarme la mañana de mi intervencion.
Me dolerá (pensaba dentro de mi) pero NO TENGO MIEDO. Le decía. .. estuve tranquila.
Llegó el día, me desperté muy temprano y fuí a casa de mi madre:
Qué tal? cómo esta la empresa? - me dijo.
Bien, todo marcha mejor que antes, tengo demasiado trabajo y hoy me di tiempo de venir a verte. Desayunamos juntas, nos reimos y conversamos . Le dije varias cosas que siempre quice decírselas y ella me respondió. Ya tengo que irme- le dije. Tengo un sobre que quisiera q tú guardaras. Hoy tengo una intervención de rutina y dejaré a Jhon contigo todo el fin de semana. Te parece?
Que pasa? es algo malo? - muy conmocionada me respondió.
No no es nada, solo es una cauterización y a los dos días ya estaré en casa. No vayas porfavor, no quiero preocupar a Jhon y se distraiga de la escuela. Me fuí.
Cuando subí al auto, bajé la ventanilla.. y me quede obsrvando un instante , mamá abrió el sobre y de pronto comenzó toda la escena de llanto y dolor que yo esperaba evitar. Se dió con la sorpresa de todos los documentos que estaban a su cuidado incluyendo la tutela de mi hijo Jhon. Esa escena de dolor jamas la olvidaré . Ví que derrepente corrió hacia la puerta, supongo que creyendo encontrarme aún afuera, y arraqué rápido y me fuí.
Desde ahí toda mi vida cambiaría. Diez mil llamadas perdidas en el móvil que yo nunca devolvería. Estaba decidida a no compartir nada de lo que me estaba pasando con nadie.
Llegué a las 9 a.m. a la clínica un poco ansiosa y temerosa de lo que iba a sucederme. M explicaron como sería todo. Además de la punsión lumbar a la q sería sometida. El tumor sería llevado a estudios para darme los resultados la semana siguiente.
Me cambié, tranquila.. me miré al espejo unos minutos sabiendo que era posiblemente la última vez que me vería como ese instante. Llegó la enfermera y me recostó en la camilla, junto con el anestecista que traía una aguja gigantezca que me conmocionó demasiado.. me recostaron de costado en forma fetal y en ese instante olvidé todo lo que había sido hasta ese día, me convertí en un manojo de nervios y terror. Me dieron náuseas y comencé a temblar me puse pálida. Lloré y les dije que no quería hacerlo. Me acobardé. La enfermera se puso a mi lado, se agachó hasta mi rostro y me dijo..
señorita, mireme un segundo y tome todo el aire que puedan soportar sus pulmones por la nariz. Ahora.
Cuando obedecí lo que me dijo... sentí el incomparable dolor de la aguja incrustada en mi columna que no sé dónde habrá terminado que ningún músuclo de mi cuerpo pudo responder a mis sentidos...
continuará ...
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